Las futbolistas profesionales son deportistas que tienen un gran impacto en la vida de los más grandes, como en la de los más chicos. Este fue el caso que vivieron las jugadoras de la selección femenina de Panamá, que un día sin saber, le cambiarían la vida a una niña para siempre.
Camila Lezcano es una niña de tan solo 11 años de edad. Alegre y divertida, son sinónimos que la describen a la perfección. A ella le gusta practicar deportes. El ejemplo está, en que antes de la situación actual se desenvolvía en el flag.
Por cosas de la vida, Camila que junto a su hermana, tuvieron la oportunidad de conocer las chicas de la selección en su hotel de concentración, antes de que estas salieran a disputar su partido ante República Dominicana, el pasado 10 julio.
En ese rato que estuvieron con ellas, aprovecharon para conocerlas a todas, tomarse fotos y hasta dio tiempo para hacer alguno que otro TikTok. La alegría e inocencia reinaba en el hotel, y todo esto a pocas horas de un partido importante, por lo que significaba de cara a las eliminatorias rumbo al mundial Australia-Nueva Zelanda 2023.
Como todo lo bueno lastimosamente tiene su final, llegó la hora de partir de las chicas, pero esta vez no se fueron solas, porque cada una de ellas se llevaba dos nuevas amigas en su corazón.
Camila, días después de esto, decidió empezar a entrenar este hermoso deporte. Ahora está en una academia, descubriendo cual puede ser su posición ideal. Ella busca entrenar todos los días para llegar a ser la mejor jugadora posible.
Mucha felicidad
Fayruz Goméz, mamá de la menor, comentó como se siente al respecto: “Yo me siento muy emocionada. Primero porque el deporte es algo sano para nuestros niños y más aún porque mi hija vio chicas que son ejemplo de dedicación, sacrificio y pasión. En estos momentos en que hay tantas influencias en redes sociales que no son tan positivas, es para nosotros una alegría que ella tenga interés en una actividad que le aportara valores para la vida y más aún incentivada por un grupo de mujeres tan dedicadas”.
De igual forma destacó el esfuerzo y dedicación que le pondrá su hija: “Luego de su primer entrenamiento nos dijo que le gustó y que tenía un plan. Ese plan era practicar todos los días para jugar bien”.
Muchos años de esfuerzo han valido la pena
Por su parte, la portera de la selección femenina, Nadia Ducreux, reconoció que el esfuerzo que ha hecho ella y sus compañeras durante todos estos años están dando fruto: “Muchas nos detuvimos y pensamos en algún momento si valía pena, porque todo se veía tan lento. Hoy en día, me pongo a pensar que valió muchísimo la pena. La verdad que alegra haber querido dejar una semilla para las niñas que vienen, un trabajo más limpio, un camino más plano. Alegra ver niñas que nos reconocen como jugadoras de la selección. Niñas que quieren jugar fútbol porque nos vieron en algún lado, o nos vieron en persona”.
Por último, dejó un mensaje para todas esas chicas que por miedo o alguna inseguridad no deciden practicar fútbol: “Las niñas que por temor no han podido demostrar jugar futbol, es que los sueños siempre están para cumplirse, absolutamente nadie, nos puede decir que no podemos hacer algo, todas podemos ser lo que queramos ser”.