La fecha fue el 18 de junio de 2018 y el escenario fue el Estadio Olímpico Fisht en Sochi, Rusia.
Por primera vez, se escuchó el Himno Nacional de Panamá cuando los canaleros debutaron en la Copa Mundial de la FIFA contra Bélgica.
Para el guardameta Jaime Penedo y el atacante Blas Pérez, fue un viaje de 28 años que habían forjado juntos, comenzando con sus primeros pasos en el fútbol.
“Quiero mucho a Jaime (Penedo) y tengo una gran amistad con él. Para mí es como una familia», dijo Pérez en una entrevista exclusiva con Concacaf.com. “
"Jugué contra Jaime cuando tenía nueve años. él jugó en Estudiantes de Panamá y yo para el Dynamo de San Miguelito, y pude marcarle goles. Nos habíamos enfrentado mucho y cuando llegamos a la categoría Sub-15 me dijeron que me querían tener en el equipo de Jaime y me gustó la idea, así que me fui y de ahí empezamos a jugar juntos. Luego nos convertimos en compañeros de equipo en Arabe Unido y ganamos tres campeonatos consecutivos. Seguimos nuestro camino a nivel internacional, pero la amistad que tengo con Jaime hoy sigue intacta», relató Pérez.
A medida que sus carreras en el club tomaban giros y vueltas, la Selección Nacional comenzó a disfrutar constantemente de los frutos del trabajo de Penedo y Pérez, además de una cosecha de otros jugadores veteranos como Luis Tejada, Gabriel Gómez, Román Torres y Felipe Baloy. Ese grupo sería conocido como la generación dorada de Panamá, pero antes de lograr la hazaña histórica de clasificar para la primera Copa Mundial, tuvieron que experimentar mucho dolor juntos.
“Todos aquí en Panamá se refieren a ella como la generación dorada, pero también para nosotros los jugadores es el grupo que más sufrió en los diferentes ciclos clasificatorios, en darlo todo para intentar llegar a un Mundial. Fuimos un grupo privilegiado de cinco o seis jugadores que peleamos mucho y fuimos bendecidos en ese aspecto. Al final, pudimos llegar a la Copa del Mundo y grabar nuestro nombre en la historia. Como futbolista, eso me llena porque siempre quieres dejar un legado y fuimos los primeros en clasificarnos para un Mundial. Espero que haya muchos más por venir», dijo Pérez.
Una de esas angustias fue una derrota por 3-2 ante la selección de Estados Unidos en la última jornada de la ronda final de las eliminatorias de Concacaf para Brasil 2014 que eliminó a Panamá del Playoff Intercontinental con Nueva Zelanda.
Sin embargo, en lugar de tirar la toalla, Penedo y sus compañeros de equipo duplicaron la carga de trabajo para prepararse para el próximo ciclo.
“La clasificación para Brasil 2014 fue muy dramática por lo que pasamos en esos minutos finales. Yo personalmente busqué las razones y qué podía hacer para mejorar», recordó Penedo en una entrevista exclusiva con Concacaf.com.
“En eso me concentré desde que sabía que mi última oportunidad era la próxima y no sabía si llegaría porque hay mucho tiempo entre ciclos. Me dediqué a trabajar en base a eso. Al final, fue un logro histórico para la historia. Fue una gran alegría para los aficionados», agregó Penedo.
Las cosas no podrían haber ido mejor para la selección de Panamá de lo que lo hicieron para asegurar su lugar en Rusia 2018. Los Canaleros necesitaban derrotar a Costa Rica en casa y luego esperar que Trinidad y Tobago venciera a la selección de Estados Unidos. Los Soca Warriors hicieron su parte, y luego Panamá hizo la suya cuando Román Torres anotó a los 88 ‘ para darle a Panamá una ventaja de 2-1 ante los Ticos.
Minutos después, cuando sonó el silbato marcando el final, se sintió una alegría dentro del Estadio Rommel Fernández de Panamá que nunca se había experimentado.
“En el silbato final, sentimos que le habíamos dado alegría a la gente. Lo necesitaban en ese momento porque Panamá atravesaba un momento económico difícil, pero esa noche todos los panameños se olvidaron de sus problemas. Luego escuchaste historias de personas, personas mayores que decían que ahora podían morir en paz porque Panamá estaba en un Mundial. Tanta gente decía ese tipo de cosas y uno se queda con una sensación de satisfacción y alegría por ese logro colectivo y a nivel individual, porque creo que el diploma para cualquier jugador profesional es jugar un Mundial», dijo Pérez.
Ocho meses después, en Sochi, la alegría que experimentó la selección de Panamá tras el silbato final contra su par de Costa Rica quedó en el corazón y en el alma de todos los jugadores panameños mientras se alineaban para cantar su himno antes de enfrentarse a Bélgica.
Tanto para Penedo como para Pérez, la oportunidad de vestir la camisa de la selección de Panamá en una Copa del Mundo es un recuerdo que siempre será apreciado.
“En la Copa del Mundo, hay un nivel de competencia en el que te obliga a rendir. Te dan una llave y entras en un escenario diferente. Los equipos están muy preparados para afrontar el Mundial y creo que hemos aprendido mucho de eso. Fue una experiencia tremendamente emotiva para nosotros», dijo Penedo.
“Había tantas emociones. Mi padre soñaba con verme jugar un Mundial y, lamentablemente, no lo vio, pero sé que se habría sentido orgulloso de que su hijo estuviera en un Mundial y que nuestro nombre estuviera en un Mundial. Había tantas lágrimas porque nadie se lo esperaba», concluyó Pérez.